viernes, 13 de enero de 2012

LA TRILOGÍA DEL FOKUS (capítulo final)

AMANECER (capítulo final)

En esto que estas chicas son atacadas por dos gilipollas, el gordo y el flaco, Gerrry Lewis y Dean Martin, un gordo hijo puta calvo y un calvito con cabeza de chupa chips, que se lanzan como aves de rapiña a lo que no podía cubrir, la Madonna y Elvira, que se la va a hacer.  El gordo hijo puta no es problema, es gordo y no tiene nada que hacer, de hecho Madonna escapa y me coge de la cintura para que la proteja dejando sola a Elvira para mi disgusto.  Pero esto no acaba aquí, me presentan a gordo y al Chupa chips, ni les miro a la cara, escoria, deshecho, lamentable, QUE NO QUIERO CONOCER TÍOS.



Por joder, me las llevé a pedir a la barra a las cuatro con la excusa de que conocían al camarero y para mi desgracia oigo a Elvira que dice…es mono no?  Mierda, cuando una tía pide permiso es que lo va hacer, ante eso no tengo dudas y paso de ella.  Y mi amigo dale que dale.



Mientras se consuma el rollo entre Elvira y el soplapollas seguí hablando, contando historias del Venezia y de la facultad, y cuando se percataron de que se enrollaban me empiezan: ¡qué fuerte no!, ¡pero serán tontas!.





Les dije que me invitaran al café del domingo para cuando estén que tal ,que tal cosa, que genera más algazara, pero la verdad es que no estaba para algazaras, supongo que será la sensación de que alguien consiga lo que yo no puedo, argggghhh.



Consumándose todo, un acercamiento: mi amigo que con un susurro se me acerca al oído y después de un  Que tal, me pide las llaves del coche, y yo le respondo que no pero que si Carla quiere vamos a casa y cada uno a su cuarto.



Ante una respuesta afirmativa, le digo a Arazeli que me voy, me da dos besos y me coge de la mano, siento su calidez, y su dedo medio acariciando mi palma. Dios, ahora esto no por favor, pero el deber es el deber, le doy otros dos besos y le digo que nos veremos.  Cojo a Madonna de su hombro desnudo y efectúo la misma operación Esta va muy borracha y no me coge de la mano, tampoco entiendo nada, finalmente Dredd, que me coge del hombro y me da dos besos, espera verme, mira que bien.  A Elvira por razones obvias no le digo nada. 



Luego me doy cuanta que Joey está encadenado, no puede dar dos pasos, Carla debe de ser Judoka, nunca he visto una inmovilización mejor hecha, o un marcaje tan bien efectuado desde el de Santos a Eddie Jonson en la Final Four de Zaragoza.



Trincamos el coche, y tras una conversación de qué música le gusta a Carla llegamos a casa y no puedo decir más, solo decir que un servidor se puso a leer la venganza de D. Mendo de Pedro Muñoz Seca bajo la banda sonora del desabrochar de cinturones y el ruido de las paredes.



(Autor: General Golpeador)
(Edición corregida, custodiada y editada por Peter Piquers)
Otoño 2005.

martes, 20 de diciembre de 2011

LA TRILOGÍA DEL FERRARI (2ª parte)

LUNA NUEVA (2º parte)
             El link: lo podemos denominar como Arazeli, socia del Stadium, alta, delgada, con unos pechos encajados en un precioso top, que dejaba intuir las formas, unos pantalones pirata ajustados culminados con unas sandalias. 

            Madonna: la tentación rubia de pelo rizado, con una melena larga y un cuerpo que me haría renunciar al baloncesto, con un pearcing que por un momento inicial pensé que era un aparato de esos que se colocan en el paladar,…, comprueben la inocencia de este escritor.  Pantalones pirata ceñido a un cuerpo que ya lo hubiese cincelado el gran Miguel Angel.  Afortunadamente tenía varios puntos de imperfección que me hicieron verla más accesible.

            Dredd: Se que es un nombre de un personaje masculino de comic pero es lo que le pega, rubia, debo decir que es la hermana mayor de Madonna, y tenían un aire, pelo rizado, y fibrosa como Coral Bistuer en Barcelona 92.  Por cierto el conjunto pirata ideal.

            Elvira: morena explosiva, majísima, preciosa, cariñosa y un poco bajita pero ideal.  Pantalones vaqueros, zapatos punta que no pegan patadas, piel satinada por el sol y esperen que me tiro un poco de agua fría…siiiiiiiiiiiiiii.



Con semejante cuarteto me encontraba más sólo y el cabrón de Joey sin venir.  Menos mal, se produjeron las presentaciones y conocí al completo a este cuarteto contrae escrotos.  No hable mucho con el resto, sólo con Arazeli, muy maja conmigo todo el rato, con lo que empecé a desplegar mi encanto habitual explicándole que Joey era mi relación más larga, lo bien que me llevaba con él y que de hecho habíamos hecho casi todo simultáneamente (nota del editor: si claro, sin comentarios)

Como pueden adivinar esto se exageraba un poco, pero la hacía reír que no veas, en esto que se me acercó Madonna y me dice que en la Recogida pida Antes muerta que sencilla y yo cabroncete que soy le dije que me gustaba más la de No me toques las nalgas que me conozco, pero afortunadamente no me oyó la gracia.  Debo destacar que la  Madonna entre lo borracha que iba, que como me había dicho Arazeli no vocalizaba bien de normal y que se acababa de poner el pearcing en la boca, me costaba verdaderos esfuerzos entenderla, con pena por mi parte porque se la habría comido entera con el chisme ese incluido.

Joey Triviani volvió con cara de preocupado pero se tranquilizó al verme hablar, con Arazeli, me dijo que estaba hablando con un colega por el móvil, llamado Toni el Gordo, que no iban a pasarse por donde estábamos, mejor.  Además había hablado con Carla Hidalgo dándole a ella su localización y se pasaría en breves momentos. 



En ese impas de tiempo Joey Triviani sufrió un calentón de los buenos con Dredd, que si estás fuerte y tal.  Tampoco oía mucho más pero en un susurró se me acerca y me dice, a esta tía le pido el móvil por cojones.  Para su desgracia, justo en el momento álgido con los móviles en ristre, y con mi cara de sorpresa viendo los extremos de Joey, va y apareció Carla Hidalgo tocándole el hombro y con una cara mezcla de alegría y reproche porque la situación era bastante obvia pero se solvento en seguida.



Se hizo un hueco al fondo de la primera sala de la Recogida y en ese desplazamiento ME PONGO A HABLAR CON LA MORENA. Que barbaridad, que chica más maja, le dije que había salido con un chica que había estudiado lo mismo que ella, y me preguntó que tal, en fin que le conté mi historia, y fui consolado con su mano en mi hombro.  Desgraciadamente hacía tiempo que no me entrenaba, me sentía como atrancado.  Usé el viejo truco de Borjamari Y Pocholo, sacando el móvil y me dice –qué chulo- hazme una foto, pero con la puñetera luz que había no se veía ni pijo, como para hacer una foto.  En este juego del móvil, Arazeli saca su móvil, igual que el mío por cierto, y me engancho a esa. En ese momento estuve mal, estratégicamente, tenía que haberme quedado con la morena.



Después de un momento de relax estuve en silencio viendo como cuchicheaban entre ellas y se reían, lo que me suele poner muy nervioso, ya se sabe, cuando el rival es feliz preparate, y de hecho así fue pues me enganchó Madonna y Arazeli de la cintura y empezaron a saltar todas, en un pogo corto pero intenso, que puso de cerveza a Dredd hasta las cachas ,cosa que amablemente me puse a indicarle donde tenia cerveza con mis manos mágicas, ya saben lo que pasa cuando uso mis manos, mano-culi-teteo.



Mientras yo charlaba amigablemente con Arazeli me fue presentada Carla Hidalgo, última conquista de Joey, y después de dos besos de rigor y de las presentaciones y viendo que la situación entre la pareja pasaba a Fahrenheit 50 decidí discretamente darme la vuelta, pero fui requerido otra vez para lo cual se me inquirió si me imaginaba a mi amigo… follando a lo que yo respondí que no, que risas, quiero decir que poco a poco lo voy consiguiendo pero es cierto no me imagino a Joey en plan mete-saca.



Mientras Joey, se afanaba apartadamente bajo el arco de la recogida, me puse a reírme con Araceli y Dredd, porque a Madonna no le entendía o ni pijo.   Me empezaron a decir que qué mal amigo tengo porque me deja solo y yo les digo que es mi relación más larga, y que entre nosotros, la cosa tiene que ser muy gorda como para mandarnos a la mierda, con lo que se me quedan entre admiradas y divertidas. (nota del editor: sin comentarios)  lo cual aderezo con la anécdota en que Joey me abandonó a la salida de las piscinas de Alberto Maestro, yéndose en el autobús con cuatro macizas, recalcando que perseguí el autobús haciendo un corte de mangas. Esto lo conté gesticulando mucho, y las risas fueron increíbles y me sentí el rey del mundo.

(Autor: General Golpeador)
(Edición corregida, custodiada y editada por Peter Piquers)
Otoño 2005.

lunes, 12 de diciembre de 2011

LA TRILOGÍA DEL KA (1ª parte)

CREPÚSCULO (1ªparte)

Con el riesgo que conlleva la explicación de mis correrías nocturnas, hagamos la descripción, de una noche que por momentos rayó la perfección y por momentos el esperpento.

Había una vez un niño que después de dar un paseo con su novia y de tomar algo, a eso de las doce de la noche llega a casa y llama a su mejor amigo Joey Triviani a ver que hace.  No sabe si está trabajando, durmiendo o que, pero le llama con la mejor intención.  Este a su vez, al enterarse de que está solo en casa propone una salida Van Helsing, es decir a la caza de lobas y vampiresas, y de paso si se terciaba quedar con la última conquista del respectivo, a la que ahora denominaremos Carla Hidalgo por razones que no vienen al caso.

Un dato que se nos había olvidado mencionar es el hecho de que nuestro protagonista estaba solo en casa sin perro que le ladre, así que confiadamente arranca su Ford Ka a eso de la una de la madrugada se encamina a casa de su amigo Joey con su camiseta con la efigie del tenista sueco Börg, contrarrestada magníficamente por el collar de surfero de Joey Triviani, su pelo engominado y su espléndida camisa.

Destaquemos la experiencia conductora de Chandler, que en mitad de la noche era capaz de conducir sin las luces dada su pericia al volante, y que si no llega a ser bajo las suplicas de un trío de bellezas adolescentes no habría puesto las luces.

Después de aparcar en un lugar seguro, relativamente, al lado de las murallas, hacemos una ruta turística por la excelentísima zona del Casco Viejo, zona de marcha zaragozana por antonomasia, y ante el vacío existencial y humano en nuestras primeras intentonas, nuestros pies se movieron y nuestros cuerpos les siguieron hacia la siempre acogedora Recogida, la que nunca, por lo menos a un servidor le ha fallado, y esta vez no iba a ser así.


Nada más entrar vi que mi amigo Joey Triviani se encamina con una extraña decisión hacia un caladero que ya lo querrían para sí los frachutes.  No solo se acerca sino que empieza a hablar con cuatro chicas que podrían ser el sueño de cualquier adolescente palillero, a saber, las podríamos denominar, como las reinas del pantalón pirata, abanderadas del palabra de honor, y duquesas del moreno estival.

Ante semejante percal y viendo la decisión y soltura de mi acompañante no tuve por menos que seguirle los pasos, todo ello aderezado por cierto de un temblor de piernas que menos mal que estaba la barra cerca, porque sino me veia en el sitio.

Después de un breve rato de aguanta aguantar y pedirme una coca-cola fueron recibidas las explicaciones, que se describen a continuación: el contacto en el grupetto había salido con Joey Triviani tiempo ha, al cine, con otra pareja.  Lo que me extrañaba es que con tan poco link la cosa se prolongase tanto tiempo pero no importaba, estábamos acoplados, estaba en la barra y tenía una chica a mi lado que olía genial, auque no tenía nada que decirle.

Después de unos amagos de charla por parte de Joey, miradas al culo de una de las respectivas y ver como todos los tíos de alrededor las miraban pero no se atrevían ante nuestra presencia sucedió lo imprevisto, llamada telefónica a Joey  de no se quien y una frase lapidaria “Quédate aquí un momento que ahora vuelvo”.  Un sudor frío recorrió mi nuca cuando me quede solo con unas mujeres que no conocía de nada, pero bueno yo con mi coca-cola y dando apariencia de tranquilidad.

Toda esta situación desapareció cuando no se sabe porque, bueno, si lo sé, la palabra es pena, la chica con la que hablaba mi compañero se me acerco y me pregunto de que conocía a Joey, a lo cual  yo le contesté que del Stadium Venezia.  Ella también era socia y empezamos una conversación bastante larga acerca de sus instalaciones.

Bueno, basta de palabrerías y vamos a lo que interesa, que es la descripción de las chatis.

(Autor: General Golpeador)
(Edición corregida, custodiada y editada por Peter Piquers)
Otoño 2005.